La presencia de judíos y
moriscos en la ciudad de Huete, es una realidad que nos conduce hasta
los tiempos del medievo, cuando entre sus murallas existían multitud de familias, que no sabemos en muchos casos desde cuando se
asientan en el lugar, ya que con el trascurso de los siglos irán mutando sus apellidos.
Esta situación como en
el resto de lugares del país, dará pie al surgimiento y
afianzamiento de linajes, que de acorde a las exigencias y normas que
promoverán la desaparición de las comunidades judías y
posteriormente musulmanas, propiciará la inserción de aquellas que
gozaban de poder dentro de lo que será la élite del lugar, aunque para
ello hubiese de blanquearse o retocarse su origen familiar.
Prueba de este fenómeno
serán los procesos de Inquisición, a través de los que el
investigador, gracias al cruce de datos, podrá ir esclareciendo una
realidad, oculta muchas veces hasta que se da con el documento
deseado.
Esto se puede producir, por mediación de los expedientes de la Inquisición, en los que a raíz de una averiguación y diferentes
testimonios de la época, llega a aproximarse que hay de cierto o
falso en la historia de una familia o un individuo.
Al respecto, en el
presente artículo, nuestro interés radica en esbozar una serie de
datos, que paulatinamente iremos profundizando, vinculados con
algunas de las casas de esos linajes con presencia en la ciudad de
Huete, y que gracias a su poder como disponibilidad de bienes,
consiguieron efectuar una conversión religiosa que les resultó
beneficiosa. Hecho que sin lugar a duda, les ayudará a insertarse
como un nuevo linaje de caballeros, en el que ya no solo era
importante el cambio de su nombre o apellido, sino también de una historia que
ayudará a enaltecerlos, y de paso, evitar cualquier
acusación que pudiese afectar a sus integrantes.
Pasamos, pues a
comentar algunas cuestiones sobre dos linajes con presencia y poder
en el Huete de los siglos XV y XVI: los Díaz de Montalvo y
los Díaz de Cuenca.
Los Díaz de Montalvo
Si seguimos los relatos y
tradiciones históricas que se vinculan con la figura del famoso
jurista, oidor, corregidor y juez optense, don Alonso Díaz de
Montalvo, veremos como las fuentes nos indican que sus orígenes se
remontan hasta las tierras avilesas de Arévalo, desde donde se ha
mantenido la versión de que una línea procedente de la noble casa
de los Montalvo, acabaría trasladándose hasta la localidad optense.
Ejemplo de ello lo
apreciamos en el trabajo de Juan José de Montalvo, cuando al tocar
la cuestión del jurista, indica lo siguiente:
“Línea de Huete - El capitán de la Guardia de don Enrique III,
Gonzalo de Montalvo, víctima de las discordias entre la Reina viuda
doña Catalina y el Infante don Fernando (el de Antequera), tutores
del Rey don Juan II, fue desterrado de Arévalo y trasladó
su residencia a la Villa de Huete, acompañado de su mujer doña
Isabel Ortiz de Cuenca y de sus hijos don Alonso, Juan, Francisco y
Pedro, cabezas de otras ramas, de las que sólo sabemos
volviese a establecerse en la tierra de Arévalo la descendencia de
don Juan. - El relieve histórico que adquiere el primero, después
Doctor don Alonso Díaz de Montalvo, con sus numerosos trabajos y
notables obras en favor de la unidad legislativa (de las que hablamos
en otro capítulo), hacen resaltar esta importante rama del Viejo
Solar Arevalense, enaltecido con la gloria de hijo tan ilustre”
(Montalvo, 1928, 319-320).
Juan José de Montalvo
(1928, 286) recuerda que Alonso era hijo de un capitán llamado
Gonzalo de Montalvo y doña Isabel Díaz Ortiz, precisando que esta
era hacendada de Huete, y, por tanto, aquello explicará ese vínculo
entre la familia de nuestro personaje y la población conquense.
Tengamos en cuenta de acorde a los datos comentado por el autor, que
estos fueron víctimas de las desavenencias ocasionadas por don Juan
II y los infantes de Aragón.
Si consultamos el legajo
4, y más concretamente el expediente 81 del fondo inquisitorial del
Archivo Diocesano de Cuenca, leeremos un informe en el que se nos hablará de Juana González, quien fuera mujer de Juan de Montalvo, y
acabaría siendo señalada con su familia por sus prácticas judías. Precisamente, en el mismo documento, aparecen
los nombres de Elvira Díaz, y su esposo Alonso Díaz, es
decir, los progenitores del doctor Montalvo. No teniendo estos nada que ver, tal y como se aprecia, con los que cita Juan José de Montalvo (1928).
Aunque los datos nos
remontan a finales del siglo XV, resulta interesante el cruce de
referencias de tipo genealógico, donde comprobamos como si al menos
coincide el nombre de la mujer del doctor con la tradición histórica de la familia: Elvira Ortiz. Todo ello,
sin olvidarnos del entronque que estos ya habían establecido con la
casa de los Cuenca. Recordemos que don Alonso Díaz de Montalvo,
celebró que se sepa tres matrimonios.
Si seguimos la obra de
Manuel de Parada (2019, 569), el autor ya advierte de las raíces
conversas de Alonso Díaz, precisando además los nombres de dos vástagos:
Teresa Díaz y Martín de Montalvo. Teresa indica que casará con
Álvaro de Alcocer (otro apellido estrechamente vinculado con la
conversión religiosa como veremos), y de donde partirá la línea de
su hija Elvira Ortiz.
La relación del apellido
Montalvo con los Cuenca, la podemos presenciar en otro expediente
(legajo 36, nº610), en el que aparece el nombre de Elvira de
Montalvo, quien figura como esposa del bachiller Juan de Cuenca. Esta
es tratada de hereje apóstata judaizante, indicándose
además que sus padres son Juan de Montalvo y Juana González, es
decir, la familia que aparece en el anteriormente referido legajo 4 (nº81). Sabemos que esta tenía una hermana llamada María Álvarez.
Armas de los Montalvo
El conocimiento que se
tenía por parte del Santo Oficio conquense desde sus inicios sobre
los orígenes religiosos de los Díaz de Montalvo, es algo evidente, tal y como por ejemplo veremos en las acusaciones que implican tanto al doctor Díaz de Montalvo como a sus
familiares (fols. 44-45), declarando algunos testigos que la
mujer de este “es confesa descendiente de judíos”. Hecho que se puede extraer del proceso contra Hernán Gómez
(clérigo optense, en el expediente nº3384 del legajo 251 del ADC).
De este modo, tanto
Elvira (procedente de la casa conversa de los Ortiz optenses),
como el mismo Alonso, serán señalados de haber realizado el ayuno
mayor de los judíos, junto otros ritos o ceremonias, que
demostraban abiertamente su práctica con una religión que no era la
cristiana. El documento invocaba a que la madre del doctor practicaba
las leyes de la Torah, así como que se le indicó a una criada,
que a este le guisase “adafina”, un cocido de garbanzos con carne
de cordero, característico de los judíos sefarditas. Las
acusaciones antisemitas también recaerán en familiares y
descendientes, siendo el caso de Juan del Alcocer, otro linaje notable de la ciudad, señalado de converso.
Tengamos en cuenta que
los Montalvo tendrán una serie de apellidos asociados a su
genealogía, que como veremos la descendencia irá intercalando, y es que desde su hija Teresa, se dejará una prole con los apellidos Ortiz y el Díaz. Por otro lado Martín no iba a ser menos y casaría con otra mujer de familia hidalga y conversa, doña Constanza Rodríguez de Santacruz.
Siguiendo nuestras
investigaciones a través de los libros parroquiales de la ciudad de Huete, apreciamos como en la iglesia de San Esteban, convergerán y no de modo casual, algunos de los descendientes de las líneas que conectan con el
jurista, y por tanto, nos permiten acercarnos a un mejor conocimiento
genealógico de estas casas de descendientes conversos, aposentados entre la élite municipal.
Los Díaz de Cuenca
Otra de las familias
conversas que tuvieron una importancia destacada en el
municipio de Huete, fueron varios de los portadores del apellido
Cuenca, el cual como sabemos, estaba extendido desde finales del
medievo por el lugar, asociándose con una de las principales líneas de familias conversas a la vez que reconocidas dentro del estado noble, dentro de esta zona de estudio.
Conocemos el expediente
de Alonso Díaz de Cuenca, escribano de Huete, del que resultará
absuelto, pero en cuyo proceso de investigación (legajo
32, nº549), se mencionan algunos de sus hijos. Es el caso de
Pedro de Cuenca y Diego de Cuenca.
Precisamente, si
analizamos los testimonios para las pruebas de ingreso en la Orden de
caballeros de Santiago de don Juan Antonio de Parada (AHN, nº6223),
veremos como se cita al referido Alonso Díaz de Cuenca, de quien al
mismo tiempo se invoca otra genealogía, que interpone una generación
más entre este y uno de sus hijos, aunque sin afectar al fondo de la
cuestión, y es que igualmente, algunas de las familias que entroncan
con estos, estaban asociadas con la conversión, tal y como
será el caso de un integrante de los Alcocer, y cuyo padre
tenemos constancia de que fue quemado por la Inquisición (Fernando
de Alcocer), además de que la familia de Alonso Díaz de Cuenca, era
gente relacionada como se ha dicho con los grupos conversos de la población,
Aun así, Alonso quedaría
absuelto, por lo que se gestará un discurso, que incidirá en que
este, a pesar de sus vínculos con un pasado religioso que poco tenía de cristiano, había
sido reconocido como hidalgo, tras recibir el
privilegio de exenciones propio de la nobleza, debido a la defensa de
la ciudad durante los momentos de conflicto que inmiscuyeron a las
tierras de Huete. Por ello a este se le distinguirá con las armas de la
puerta de dicha localidad, como muestra de su fidelidad y compromiso
con la corona. Todo este relato y que se recoge en el referido
documento de la probanza de don Juan Antonio de Parada, se comenta
que ocurrió durante los años cuarenta del siglo XV.
Armas de los Díaz de
Cuenca
De la misma forma, nos
parece interesante el testimonio que cita Manuel de Parada (2019,
121-122) cuando referencia un trabajo de
Manuela Faccon (2009, 98), a través de un artículo,
titulado “Nuevos datos sobre la tradición manuscrita íbérica de
la Confessio Amantis Goweriana”, donde se da la
siguiente referencia:
“Hubo más de un
tronco familiar de los Cuenca en la época medieval, en la ciudad
homónima y en Huete. A este último tronco pertenecieron varios
escribanos, como fue el Pedro de Cuenca ya nombrado, hijo de Alfonso
Díaz de Cuenca, al que sustituyó en el oficio en 1489. En las actas
y documentos municipales y eclesiásticos de la localidad se nombran
al menos cuatro Juan de Cuenca: Juan Sánchez de Cuenca ‘el mozo’,
veinte por el estamento de los caballeros, nombrado mayordomo de los
adarves hacia 1430, y ya fallecido en 1441; Juan de Cuenca, escribano
converso de la época de los Reyes Católicos, hijo de Diego de
Cuenca y casado con la también conversa Elvira de Montalbo; el que
se menciona en el pleito de 1496, junto con el noble Egas de
Sandoval; Juan de Cuenca, casado con Catalina Ortiz, ya difunto en
1508; Juan de Cuenca, veinte por el estamento de los caballeros
en 1517”.
De este modo, quedaba
clara la presencia de varias líneas, entre las que estaba la del
escribano ennoblecido apellidado como Díaz de Cuenca y que luego se
transformará en Cuenca, junto otras tantas, y que como podemos
comprobar, iban asociadas con la élite y nobleza de la ciudad.
Genealogía de los Díaz
de Cuenca (AHN, 1676)
Ahora bien, cabe
preguntarse, si no es demasiada casualidad, que durante la misma
época, es decir, a mediados del siglo XV, en esta ciudad, por
un lado tengamos a la familia del escribano converso,
encabezada por Alonso Díaz (padre del famoso jurista), así
como otro Alonso Díaz (también converso, y que se apellidará de
Cuenca, ennoblecido gracias al papel e influencia
desempeñado en este lugar).
Una cuestión que
trataremos más adelante, pero que refleja el afloramiento de judíos,
estrechamente asociados por vínculos parentales, como veremos con la
casa de los Cuenca y los Montalvo, además del ennoblecimiento de
diferentes familias en ese periodo, que de la misma forma que
ocurrirá con los Santacruz unos años después, de acuerdo
a las referencias presentadas por Manuel de Parada (2002, 45),
reflejan esa fase de crecimiento e inserción social de representantes descendientes de conversos.
David Gómez de Mora
Bibliografía y
fuentes documentales:
*Archivo
Diocesano de Cuenca. Inquisición, legajo 4, expediente nº81.
*Archivo Diocesano de
Cuenca. Inquisición, legajo 32, expediente nº549
*Archivo Diocesano de
Cuenca. Inquisición, legajo 36, expediente nº610.
*Archivo Diocesano de
Cuenca. Inquisición, legajo 251, expediente nº3384
*Archivo Histórico
Nacional. Pruebas para la concesión del título de caballero de la
Orden de Santiago de Juan Antonio de Parada y Graciano. Natural de
Huete. Año 1676, expediente nº6223. Órdenes Militares,
Caballeros de Santiago
*Faccon, Manuela (2009).
“Nuevos datos sobre la tradición manuscrita ibérica de
la Confessio Amantis goweriana”. Medievalismo en
Extremadura: Estudios sobre literatura y cultura hispánicas de la
Edad Media / coord. por Jesús Cañas Murillo, Francisco Javier
Grande Quejigo, José Roso Díaz, pp. 95-106
*(de) Montalvo, Juan José
(1928). De la historia de Arévalo y sus sexmos. Vol.
I, Valladolid: Imprenta Castellana, 365 pp.
*(de) Parada y Luca de
Tena, Manuel (2019). Apuntes para una bibliografía sobre la noble y
leal ciudad de Huete. Ayuntamiento de Huete. En: Huete.org, 582 pp.